domingo, 30 de junio de 2013

LA PARTICIPACIÓN DIRECTA DE LAS 
AUDIENCIAS DE LA RADIO

La participación directa de los oyentes en los programas de radio se define como aquella fórmula participativa posibilitada por los profesionales de la radio que, mediante la disposición de cauces convencionales y a través de un ejercicio de mediación profesional llevado a cabo en la última etapa del proceso comunicativo, facilita un contacto e intercambio provisional entre los roles de emisor y receptor y hace posible que la audiencia intervenga en el contenido de las emisiones.
Se trata de la formula participativa más frecuente y en realidad, la primera en surgir, adecuada a la naturaleza del medio y que, en general, responde a dos componentes, uno de carácter instrumental y otra de carácter expresivo. Al tratar el componente expresivo me refiero a que la participación directa en la radio conlleva la autoafirmación de la propia identidad o la pertenencia a una clase, grupo o colectivo; y el componente instrumental refiere a que los oyentes, por medio de su participación, buscan la consecución de un determinado fin. La relación entre ambos radica en que el componente expresivo se antepone al instrumental, porque a pesar de que un oyente sepa que tal vez, luego de su participación, no se pueda resolver su problema, sentirá conformidad por el solo hecho de haberse expresado, ejerciendo su derecho y validando su opinión.
Este tipo de participación es trabajada en la radio a partir de diversas estrategias, una de ellas es el consultorio, en la cual se alternan sucesivamente preguntas de los oyentes y las respuestas de los expertos. También existe el interrogatorio de la audiencia, una modalidad en la que el oyente se dirige al medio para pedir información u opinión sobre algún aspecto que sea de su interés. O incluso la modalidad en la cual la radio sale a la calle buscando opiniones y las pone en antena. Todas éstas suelen estar bajo la denominación de participación directa a través del teléfono. También, en ciertas ocasiones, el público puede asistir al lugar físico donde se dan las grabaciones y participar en la emisión al aire, a esto se le conoce como la modalidad presencial.
La finalidad de los oyentes al intervenir directamente en la radio pueden ser muy diversos, los principales suelen estar relacionados con: expresar una opinión, rectificar una información, aportar información, resaltar o contar un caso propio o ajeno, consultar una información, denunciar un hecho o situación, pedir información u opinión o simplemente el deseo de desahogarse o de concursar.
No obstante, ¿por qué es importante hablar acerca de las características de la participación directa de las audiencias en los programas de radio? Pues resulta que este tipo de participación configura una serie de ventajas muy importantes relacionadas con la emisora y con los propios oyentes también. Para empezar, la emisora puede verse favorecida en la parte económica, debido a que la participación de la audiencia abarata los costos de la producción de programas, sin que esto signifique un total desinterés de hacer un periodismo responsable. Además, una radio que promueva exhaustivamente la participación directa de su audiencia logrará crear una imagen fuertemente positiva, sobre todo si consolida esos lazos afectivos (sentimiento de pertenencia), que radican en que un oyente sienta que se le toma en cuenta. Y también, relacionado con lo anterior, elevará la credibilidad y la confianza de los oyentes en el medio.
Por parte de los oyentes también hay cuestiones favorables, como por ejemplo la satisfacción de sus necesidades naturales de comunicación, encausados por los sentimientos de proximidad y familiaridad con el medio. También, tal vez no en todos los casos, pero continuamente puede ser la clave para la resolución de algún problema o denuncia; y además, la participación en la radio le da al oyente una base identitaria, ayudando en su autoafirmación como ciudadano y ser humano perteneciente a un grupo. Incluso, este tipo de participación en los programas de radio hace posible que los oyentes intervengan en el contenido de dichos programas, asi queda definido como una técnica de producción de contenidos que usan los profesionales de la radio para facilitar el diálogo con la audiencia (partiendo de un conocimiento previo de la misma desarrollado desde su misma participación), y el intercambio provisional entre emisor y receptor. Por ejemplo, es el caso de los antes mencionados consultorios o interrogatorios, los cuales no podrían ser concebidos como géneros sin la participación directa de los oyentes.
Asimismo, en un espectro más amplio de la comunicación, la participación directa de los oyentes permite ampliar la esfera pública, es decir, permite la interconexión de todas aquellas pequeñas esferas de opinión, en nuestro caso, el pluralismo y multiplicidad de actores; incrementándolo y enriqueciéndolo y presentándolo en escenarios más públicos. Lo que se ve reflejado en actos por ejemplo, como el que una radio se pueda convertir en foro de los ciudadanos ante las autoridades.
Pero así como este tipo de participación sirve de algunas ventajas para la radio y sus oyentes, también es fuente de inconvenientes, riesgos que aunque se encuentren en menor medida que las ventajas, no deberían ser descuidadas por un programador, y que, a la par con esto, son riesgos que derivan de la mediación profesional, en la cual resalta una importancia mayor por el hecho de la mismo de la mediación y del diseño de las emisiones.


Entre estos inconvenientes está la posible multiplicación de la anarquía comunicativa, debida a que al propiciar mayor acceso a una mayor cantidad de acores sociales, nos podemos encontrar con intervenciones “fuera de tono”, relacionadas con insultos o injurias, muchas veces amparadas en el anonimato, o con intervenciones muy extensas y desorientadas. Esto incrementaría el ruido comunicativo y convertiría al proceso accesible, en un proceso “caótico”.
Otra de las desventajas es que se hagan malos usos de las fórmulas de participación, por ejemplo en el caso de que los formatos expresados contengan, de manera tendenciosa, finalidades publicitarias o comerciales, o muy rígidas con la línea editorial del medio, revelando actitudes similares a la demagogia o el proselitismo.
La ventaja relacionada al planteamiento de la participación directa en base a la exposición de experiencias propias también se puede convertir en inconveniente. Dado el hecho de que sean muchas las intervenciones de este tipo y que sean demasiado particulares, de esta manera perdería el interés para el común de la audiencia, de manera progresiva, y que acabe en actitudes vehementes referidas al tema central o la argumentación.

Sin lugar a dudas la participación directa de los oyentes en los programas de radio, en el balance general, resulta favorable. Pero como decía, mucho depende del manejo que se haga por parte de los profesionales de la comunicación, como intermediarios; de estas intervenciones, para no caer en los inconvenientes descritos. Debemos tener en cuenta que las participaciones siempre van a tener consecuencias valorativas, pudiendo ser presentadas como dinamizadoras de la producción radiofónica, afianzadoras de una radio como medio idóneo para la práctica del periodismo colaborativo, e indefectiblemente como actualizadores cotidianos del derecho a la libertad de expresión.




ENLACES:

http://academia.edu/240441/La_participacion_de_los_oyentes_en_los_programas_de_radio_un_genero_radiofonico

http://dspace.unav.es/dspace/bitstream/10171/8364/1/20090630144119.pdf

https://www.google.com.pe/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&ved=0CDUQFjAA&url=http%3A%2F%2Fwww.raco.cat%2Findex.php%2FAnalisi%2Farticle%2Fdownload%2F15142%2F14983&ei=fVfQUZqbM-nl4AOhpoGIBQ&usg=AFQjCNEnpD3mJ1RWs9vpJc04wVuUU3_Syg&sig2=pBfrEYM0qOH64oely_huKg&bvm=bv.48572450,d.dmg


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