A CAMBIOS GLOBALES, ADAPTACIONES
LOCALES
La tradición nos conduce a
considerar el continuo local-global como estrategias que en la práctica
resultan inexorablemente opuestas, o al menos, contradictorias. La gran duda
siempre fue ¿puede un tema local ser impuesto globalmente?, y viceversa, ¿puede
un resultado global ser aplicable a un sector en particular?
Tal vez si nos preguntamos cual
fue la utopía de la radio popular cuando surgió y cual es la que persigue actualmente, no
encontraríamos diferencia alguna. El anhelo de una sociedad tolerante,
equitativa, solidaria, democrática y participativa fue, es y ojala siga siendo
el motor principal de su desempeño. Sin embargo, América Latina ya no es la
misma, los cambios y fenómenos que han caracterizado al mundo en general, abren
nuevos retos y formas de participación de la radio popular.
Para nadie es un secreto ni una
gran novedad que el desarrollo de las tecnologías de las intercomunicaciones,
el neoliberalismo, la globalización, son ejes que han alterado la sociedad con
sus virtudes y desventajas. Es una época nueva, y tenemos que responder a sus
fragilidades. Me parece importante señalar el papel de la radio popular sobre
dichos cambios.
Me gustaría referirme al gran cambio
en la cultura política. La forma de actuar ante los conflictos en tiempos de
las dictaduras era también arbitraria, basadas en la violencia, el terror y la
confrontación. Probablemente era muy difícil en aquellos tiempos seguir la
utopía de las radios populares (que casualmente su uso se da alrededor de esta
época), el asedio por los intereses dirigidos al poder eran un terrible
obstáculo, además de que no gozaban de una representatividad que le diera
seguridad a su trabajo. ¿Cómo son las cosas actualmente? Predomina el consenso
y la concertación, algo de lo muy bien las radios populares para abrir espacios
de dialogo a nivel local, sin dejar de lado lo nacional. Y por cierto, también
denunciar aquellos intentos por volver a inútiles posturas antidemocráticas.
Algo que también es un gran tema
de agenda en las radios populares es el desprecio y descrédito a los partidos
políticos, asimismo su lucha por democratizar el Estado y descentralizar el
poder: “por, para y con el pueblo”.
Es interesante notar como de los
aguerridos y sufridos movimientos sindicales y campesinos que apoyaban las
radios en sus inicios, ahora pasamos a una gran variedad de organizaciones
reunidas por muy variados motivos, desde defensores del ambiente o derechos
ciudadanos hasta comités de amas de casa y asociaciones de vendedores
informales. Otra de las cosas que debería preocuparnos es el, digamos, profesionalismo
de quien se pone delante del micrófono. Si en una localidad de Puno, Ayacucho,
el mismo Arequipa, etc.; se apoderan de las emisoras radiales demagogos y
populistas que buscan su propio interés o distorsionan alguna actividad del
Estado en su territorio, los resultados los podemos prever, de manera que es
necesario mas coherencia y precaución con los aspectos “globales” que se
imparte a la gente “local”.
Por ultimo, lo global también se
caracteriza por la sobreinformación, de tal manera la programación radiofónica
en abundancia, en sobreoferta, resulta muy tentadora para cualquier emisora
local que busca reducir costos, sobre todo por su fácil acceso. Pero también
corre el riesgo de que, al usarla sin control, diluya y pierda su identidad
como radio popular propiamente dicha. Entonces, regresamos a nuestro dilema
inicial, ¿local o global?
Como las radios populares no se
pueden desligar de su naturaleza global, tampoco se puede negar que su
influencia vaya más allá de lo geográfico, y que los valores y modelos de vida
que busca sean parte de una actuación global. Así nace la idea de una “ARTICUACION
EN REDES”, regional, nacional e internacionalmente con otras emisoras para
trabajar en conjunto.
La solución se orienta al eclecticismo,
actuar en red no sustituye la función local, lo que permite es situar temas
locales en contextos globales, muy positivo, teniendo en cuenta que las
iniciativas populares son muy similares en América Latina.
Así el dilema queda resuelto, nada
de radios locales con propuestas aisladas y cerradas, ni radios que pierdan su
perfil por el facilismo de mostrar todo lo que de afuera viene. Pongamos a la
audiencia en contacto con experiencias foráneas y hacer oír las nuestras allá.
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