sábado, 5 de mayo de 2012

UNA RADIO ROJA Y BLANCA
Es perfectamente sostenible la idea de que la realidad de la radio lambayecana es una: manipuladora, mercantilista e intrascendente en contenidos. Sin embargo, esto de ninguna manera es aplicable a todas las emisoras. Es como si, en nuestro entendimiento popular de “la lacra corrupción de la política”, no pudiéramos considerar, por mínima que esta sea, la posibilidad de que algunos de ellos fuese un genuino servidor de los intereses del pueblo.
Esto no significa que todo aquello en contra de la radio sea mentira, todo lo contrario, es tan cierto que sería estúpido negarlo. La cuestión es, ¿hasta donde la radio es culpable de sus defectos, o mejor dicho, de la sostenibilidad de los mismos?  A través de la crítica al manejo de las radios, uno puede entender la magnitud del problema, los puntos flojos y las cuestiones que la debilitan cada vez más. Y por medio de una visión positiva de los mismos, podemos encontrar ejemplos reales de radios que cumplen con las expectativas de la ciudadanía, y a partir de las cuales podemos empezar a subsanar las heridas abiertas de un medio de comunicación que nunca podrá perder su causa madre: articular una sociedad justa, democrática y participativa.

De esta manera llego a mi propuesta: es necesario ser objetivos acerca de los puntos negativos de la radio (expuestos por el representante del equipo rojo), es más, debemos ser muy agudos para describirlos, pero sin llegar al extremismo de la desesperanza y el desgano. Y, también es importante conocer aquellos casos en que las radios cumplen una función admirable (expuestos por el representante del equipo blanco), más altruista y más comprometida, dejar constancia del paraíso retroinformativo que ellos han logrado construir, pero sin llegar al rincón incierto de la ingenuidad. Así, al conocer sus desventajas, y al contar con un modelo de guía, el camino a la reestructuración de la misión de la radio en nuestra región es mucho más visible, no fácil, pero con muchas más probabilidades de éxito. Ahora bien, si contamos con todo esto y sin embargo no hacemos nada en busca de la mejora, ¿la perpetuidad de lo que rehuimos es responsabilidad exclusiva de la radio, o de los que la manejan? Mi postura es que no, quizás ni los dueños conocen una manera efectiva de llevar la radio sin alterar su esencia ni sus ganancias. El único método de superar las brechas es actuando, y gracias a las dos posturas en “confrontación” tenemos con qué, no seamos cómplices de la realidad que despreciamos. La labor es nuestra.

1 comentario: